En la actualidad nos relacionamos cara a cara con la permanente incertidumbre. El hacernos cargo de nosotros mismos y de nuestros proyectos, en escenarios vertiginosamente cambiantes, nos expone a presiones y exigencias difíciles de manejar cuando se ejercen roles de liderazgo. En paralelo, hoy en día el liderazgo ejercido desde el autoritarismo ya casi no funciona: es que funda sus resultados en el miedo, y contrae así la capacidad en los individuos, acotando crecimiento, independencia y autocontrol, condiciones enemigas para el buen desempeño en las nuevas generaciones.
En este contexto es la confianza que hará de lazo fundamental para poder desenvolvernos con éxito. Construida entre los miembros de un equipo, ayudará a disminuir miedos e incertidumbres, nos lanzará hacia adelante, hacia el querer hacer, querer lograr. Es que es clave poder pararnos sin temor frente a desafíos cuyos resultados son indescifrables. La confianza acompañada de la motivación, serán así como una combinación explosiva que nos puede hacer invencibles.
Ahora bien, sabemos que la confianza no es algo que compramos e instalamos y listo. Lamentablemente tampoco hay un manual de construcción de confianza. Pero sí existen algunos espacios por donde empezar. Les comparto los que a mi entender son los fundamentales:
Desarrollo de competencias y capacidades
Aquellas competencias que tengamos ante ciertas cosas nos limitaran o ampliarán posibilidades de actuar, variando así la confianza que generemos en nosotros mismos y en los demás. No solo desde el conocimiento sino del saber hacer. Por lo contrario, el juicio (fundado o infundado) de “incompetencia” afectará a la generación de confianza, limitando la posibilidad de actuar. Siempre está ese compañero en que le confiamos ciegamente ciertas tareas por haber demostrado capacidad en algún momento.
Prepararse y mejorar en aquellas tareas que se nos asignan, será un primer paso a la confianza que voy a generar en el otro.
El sentido a futuro, el propósito de todo
Será todo aquello que tiende a hacer más atractivo el futuro, tiene por efecto el incrementar considerablemente la confianza. Aquellas organizaciones con un propósito y razón de ser bien marcado en su base cultural, logran tener parte del camino de la confianza resuelto. Más allá de situaciones y contextos, hay un norte definido que da sentido a todo lo que hacemos.
En el deporte, existen equipos cuyo propósito y razón de ser excede el resultado, tienen un más allá que los ayuda a perpetuarse y ser exitosos.
Un ejemplo más extremo son las religiones, que hasta se torna, según mi visión, en algo peligroso. Hablo de las sectas, o religiones en que seres humanos llegan al punto de confianza en el sentido del futuro que sacrifican la vida misma.
¿Para qué hago esto? Esta simple pero no fácil pregunta, será un buen kick off hacia el camino de tener claro el propósito de mi equipo.
Reglas, normas, VALORES
Son las que nos dan un marco, un límite entre lo que es posible y lo que no es posible. Cuando los equipos u organizaciones lo tienen muy claro, sus miembros saben qué hacer y qué no hacer dentro del marco organizacional y de desempeño. Algo así como meta creencias compartidas dentro de un equipo, en las que conciente e inconcientemente nos sentimos cómodos e identificados.
Alcanza con imaginar lo contrario, algo así como un “vale todo”. Esto solo aumenta la incertidumbre, y lo primero que se pierde es la confianza en el entorno y luego en uno mismo.
El desafío es, primero tenerlo claro, compartirlo y mejorarlo continuamente. Cuando es sólido, fundado y llevado con convicción, se alcanza niveles de confianza muy altos.
Solidaridad
Afecto y solidaridad: la solidaridad como expresión de un fenómeno mayor: el cariño, el afecto, EL AMOR. Me refiero al “hacerse cargo del otro”. Reducimos así el nivel de incertidumbre con el que nos relacionamos con otra persona, y nos da seguridad ante cada desafío.
La naturaleza misma nos enseña en este aspecto. Para cualquier ser viviente, crecer y obrar bajo el calor maternal, o contención del entorno, anima e incentiva a los primeros aprendizajes y los primeros resultados ante la plena vulnerabilidad del nacimiento mismo.
“Hacerse cargo del otro” es en algunos equipos el llamado a “hacerlo por el otro”, cuando eso se da en forma natural y real, la confianza se logra por retroalimentación e impacta linealmente en el desempeño. En el deporte, fundamentalmente en el rugby, es fácil de ver. En un tackle, o en un scrum, hay tipos que se sacrifican al extremo físico por el resto de sus compañeros. Premiarlo y celebrarlo es una buena forma de incentivarlo.
Condición fundamental
Como base general a todo lo anterior, es la capacidad y flexibilidad respecto a la comunicación y la conversación que los líderes puedan generar con el resto del equipo. La capacidad de hablar y escuchar, y garantizar espacios de intercambio y comunicación permanente, será la llave de entrada a la construcción de relaciones basadas en la confianza. Es que, como mencionamos al principio de esta nota, no existe el tutorial hacia la construcción de confianza definitiva. Esta irá tomando diferentes formas y se ataca de diferentes ángulos, se transforma, arma y desarma de acuerdo a los acontecimientos, Entonces el desafío es trabajarla día a día.
¿En cuál de estos espacios debes trabajar para mejorar la confianza en tu equipo o tus relaciones?